Una de las cuestiones que más dudas generan entre los papás es cuál es la edad adecuada para que el pequeño pase de la cuna a su cama. Muchas veces se deja al azar, y se acaba haciendo cuando se ven en la obligación o cuando creen que lleva mucho tiempo durmiendo en la cuna. Algunos están en la cama cuando apenas tienen un año, mientras que a otros se les pone en ella cuando no pueden moverse.
Bebés y hermanos mayores
En ocasiones, la cuna se necesita para un nuevo bebé, y se acelera el momento en que su hermanito mayor dormirá en la cama. Y cuando son los pequeños los que ven a sus hermanos durmiendo en un colchón más grande, querrán hacer lo mismo cuanto antes porque las ganas de imitarlos son muy fuertes.
En cualquier caso, es importante destacar que el paso de la cuna a la cama es bastante serio. Hacerlo a una edad inadecuada puede ser un tanto traumático, por lo que se tiene que valorar con cuidado.
No obstante podemos decir que hay un momento justo para dar ese paso, marcado por el propio desarrollo del pequeño.
Un cambio importante
Siempre habrá niños que quieran acelerar el proceso y dormir en una cama grande antes de tiempo. También los hay que a pesar de sentirse a gusto cuando están en la cama de sus padres, no quieren ni ver que van a dormir en su propia cama.
En realidad es una reacción bastante normal, sobre todo porque ha sido en su cuna donde se acostumbró a dormir durante toda la noche. Siente que las paredes le protegen y está más seguro. Se puede decir que ha sido donde se han ido ajustando sus ciclos vitales. Así que no es buena idea arrancarle de la cuna y ponerle en la cama rápidamente si notamos que se resiste a hacerlo. En parte por su propio desarrollo ya también para que los adultos puedan descansar bien, porque pasar de nuevo toda la noche intentando que deje de llorar es algo que no aguanta nadie.
– Animando a que dé el paso
Para que sea la criatura quien se sienta impulsada a cambiar, es bueno hacer que forme parte de la decisión. Por ejemplo, se puede dejar que elija detalles que tengan que ver con la compra de la ropa de cama, como los colores, estampados, etc.
También es positivo que ayude a desmontar la cuna, recogerla y guardarla, que lleve alguna cosa y la coloque. Y cosas por el estilo.
– Cuando hace falta que se adapte
No todos los niños podrán pasar directamente a la cama. A veces hace falta un. Tiempo para que se adapten, por ejemplo pasando la noche en la cuna, pero haciendo la siesta en la cama. O llevándole a la cama cuando se duerma para que despierte en ella. Así ganará confianza y acabará yéndose directamente a la cama por la noche algunas veces.
También es bueno hablar y explicar por qué tiene que ir dejando la cuna, siempre teniendo en cuenta que estamos tratando con una persona de corta edad, y habrá que hablarle como tal. Además, deberás llevar todo lo que utiliza para conciliar el sueño, como su juguete, manta o peluche favorito. Esas cosas que parecen sin importancia, pero que en realidad generan confianza cuando llega la noche.
Eligiendo la cama adecuada para niños
Tal vez creas que es suficiente con poner una cama de adultos en la habitación y dejar que el niño empiece a dormir en ella. Sin embargo, puede que termine durmiendo a lo ancho, pegado a la almohada porque el colchón le queda muy grande.
Si aún no tienes una cama y quieres elegir la adecuada, hay una serie de factores importantes que debes tener en cuenta. No hay una cama perfecta para todos, ya que cada niño es diferente y por tanto su descanso también lo es. En cualquier caso, lo primero que debes garantizar es la seguridad.
– La forma
No nos referimos a si la cama debe ser rectangular o no, porque es evidente que lo será. Hablamos de evitar que la cama tenga elementos que pudieran causar daños, como esquinas acabadas en pico o bordes muy duros. Estudia bien este aspecto porque no solo cuando duerma, sino cuando juegue o esté en su habitación será importante que no haya riesgos.
– Barandilla
Durante los primeros años en los que esté en la cama, debe haber por lo menos una barandilla lateral. De este modo evitarás que haya peligro de caerse cuando se mueva durante la noche. En caso de que la cama esté colocada en medio de la habitación coloca una a cada lado, evidentemente.
Ten en cuenta que al dormir se moverá mucho, y su cuerpo todavía no cuenta con la capacidad de reaccionar a tiempo si llega al borde del colchón.
– Cabecero
Lo mejor es elegir un cabecero sencillo, que no tenga elementos peligrosos. Por ejemplo los barrotes no son buena idea en esta parte de la cama porque puede haber peligro. Escoge un cabecero acolchado o incluso pon la cama sin él, bien pegada a la pared para que no queden huecos. Lo que nos lleva al siguiente punto.
– Que no haya ningún hueco
Es sumamente importante que el colchón y la cama encajen perfectamente y no haya huecos entre ellos, por los que se pueda meter el pie o la mano. Muchas lesiones se pueden evitar con algo tan sencillo como esto.
– Altura
Otro detalle importante, sobre todo por si hubiera alguna caída a pesar de todas las medidas para evitarlo. Cuando la cama es muy alta, puede hacerse mucho daño. También si está andando por la habitación y se da con ella.
Otra razón por la que es bueno buscar una cama que no sea muy alta es que pueda acostumbrarse a subir por su propio pie. Ganará confianza y se sentirá más independiente que si durante mucho tiempo lo tienes que subir tú.
– Calidad y precio
Aunque el precio de la nueva cama es un factor secundario, está claro que también se tiene que valorar cuando se mira una compra. Ten en cuenta que ni lo más caro es siempre mejor, ni hay que buscar siempre lo más barato. Antes de ver el precio fíjate en la calidad del producto.
Un detalle que puede ser de ayuda es mirar las mejores marcas en descanso, que destacan precisamente por llevar mucho tiempo desarrollando artículos resistentes, duraderos y con buenos materiales.
Ten en cuenta que una cama es una inversión a medio o largo plazo. Por tanto necesitas algo que dure el mayor tiempo posible. Elige la relación calidad – precio que mejor se adapte a tus necesidades y tu bolsillo.
Unos buenos hábitos de sueño
Un detalle final es que es importante hacer el paso de la cuna a la cama cuando se hayan adquirido unas pautas de sueño. Sobre todo para que los papás no tengan que ir de un lado a otro de la casa para atenderlo. Ni tampoco para que el niño se vaya de su habitación a la de sus padres.
Por eso, aún cuando ya duerma en la cama se deben mantener las mismas costumbres antes de dormir. Como tomar un baño, cenar e ir a la cama, tener su muñeco a mano y hasta usar al principio la misma ropa de cuna para que no haya demasiadas variaciones.